Edificar o reedificar, construir o reconstruir, casas o edificios, fábricas o ciudades; solo es posible a través de la sabiduría, esfuerzo e inversión económica. Los elementos a utilizar deben cambiarse de lugar y transformar los materiales para que sean útiles. En el caso de reedificar; existe la ventaja de poder usar como base algunos elementos ya existentes, y la desventaja de tener que remover los escombros, de derribar y retirar lo inútil.
Este libro está dedicado a las personas que reconocen que Dios los ha llamado a edificar y a reedificar las vidas destruidas; a los que van a remover los escombros dejados por el pecado, por la religiosidad y por el diablo; a los que han sido llamados a construir el edificio de Dios; la Iglesia, de la que el apóstol Pablo dijo: ...edificados para morada de Dios en el Espíritu.
Con las vidas que el diablo a destruido por la ignorancia de la voluntad de Dios, debemos edificar un templo Santo para el Señor. Con los oprimidos, con los débiles, con los pobres, con los necios, con los que no valen nada, ni son amados por nadie. Con la guianza y el poder del Espíritu Santo, debemos remover los escombros y levantar en su lugar bases sólidas que sostengan la nueva edificación.
“Serás llamado reparador de portillos”; es un conjunto de principios bíblicos que nos muestran lo primero que debemos hacer para reedificar vidas humanas. Es mi deseo que beneficien su vida y ministerio; y que practicándolos y enseñándolos, miles de almas sean reedificadas.
Alberto Cornejo / Pastor CCF
Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas;
los cimientos de generación y generación levantarás,
y serás llamado reparador de portillos,
restaurador de calzadas para habitar.
(Isaías 58:12)